El Dragón de Prometeo

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viernes, 14 de agosto de 2020

La Inquisición Digital

 ¿Existe un límite para la Libertad de Expresión?


  El filósofo Karl Popper planteó  que si una sociedad es ilimitadamente tolerante, su capacidad de ser tolerante finalmente será reducida o destruida por los intolerantes. Popper concluyó que, aunque parece paradójico, para mantener una sociedad tolerante, la sociedad tiene que ser intolerante con la intolerancia.

  Por supuesto Popper planteó esto en el marco de la Segunda Guerra Mundial, después de que las fuerzas del Eje mataran a millones de personas en nombre de una supuesta superioridad racial.

  En primera instancia puede parecer razonable, y algunos lo han tomado como bandera en contra de los discursos de odio como el racismo, el machismo o la homofobia; pero estamos llegando a un punto muy peligroso en el que la muchedumbre digital organiza linchamientos contra quienes expresan cualquier comentario discriminatorio o políticamente incorrecto, que aunque puede parecer justificado, son un arma de doble filo.


Cancelemos la Cultura de la Cancelación - Sincerely, Kath

  Cabe aclarar que jamás defendería los discursos de odio o a quienes los generan, me considero un progresista liberal, y estoy en contra de todo tipo de discriminación, pero precisamente mi lado liberal es el que me hace saltar las alarmas ante estos linchamientos digitales, que lamentablemente se están trasladando a la vida personal y laboral de algunas personas.

  El derecho a la Libertad de Expresión es, al menos para mí, el primer derecho humano, y origen de otros derechos humanos también. Y nos guste o no, esto aplica para todos, incluso para los intolerantes y discriminadores.

  Hay un malentendido muy extendido entre estos últimos, que creen que la libertad de expresión significa que nadie les puede replicar lo que digan por muy intolerante o tonto que sea, pero la libertad de expresión también incluye el derecho de réplica y la responsabilidad ante lo que dices.

  Históricamente los llamados 'conservadores' (la derecha política) fueron quienes buscaron censurar, callar, desaparecer todo discurso contrario a los dogmas y costumbres; líderes religiosos, políticos y gobiernos persiguiendo a 'brujas', científicos, filósofos, homosexuales, comunistas, librepensadores, ateos, o cualquiera que expresara una crítica hacia sus ideas rancias.

  Aunque ya no tienen tanto poder como antes, todavía lo hacen, o lo intentan; hace poco al comediante de stand up Carlos Ballarta le cancelaron un show en la ciudad de Querétaro, México, por llevar el título 'Dios está Muerto'; y en otros estados del país, algunos legisladores de derecha están impulsando el 'Pin Parental', con el fin de que los padres de familia puedan oponerse a que sus hijos reciban educación sexual ¡EN PLENO SIGLO XXI!


LINCHAMIENTO DIGITAL | ¿Cultura de la Cancelación? - YouTube


  Paradójicamente, algunos hoy se han convertido en la nueva Inquisición en nombre el progresismo o en contra de la discriminación, pero cayendo en el mismo agujero. Algo que algunos han catalogado como la 'tiranía de lo políticamente correcto' o el 'puritanismo de izquierda', y aunque puedan ser minoría, llegan a ser muy escandalosos. Yo mismo me considero ideológicamente de izquierda, y precisamente por eso lo critico, se supone que la izquierda estaba ligada al librepensamiento, a lo liberal, ahora parecen Torquemada queriendo quemar en la hoguera a cualquier que diga una idiotez en redes sociales.

  Nos guste o no, todos tenemos derecho a decir idioteces. Ante las ideas radicales o idiotas, el camino es confrontarlo con argumentos, ideas vs ideas, discurso contra discurso. Pretender que las personas con discursos intolerantes sean borradas de la faz del internet o cualquier medio de comunicación, incluso provocar que pierdan su empleo y sean acosados personalmente (lo cuál es un delito), estamos cayendo en el mismo extremismo inquisidor que los fanáticos religiosos de siglos pasados, guardando las proporciones.

  Pretender censurar todo discurso que no nos guste o consideremos discriminatorio es un arma muy peligrosa, porque tarde o temprano nos tocará estar del otro lado ante la acusación de alguien que se crea más progresista o liberal que nosotros, y este tipo de linchamientos te puede destruir la vida, y los 'amos de la nueva moral' terminarán comiéndose unos a otros.


Importancia de la Libertad de Expresión


  Y hay otro aspecto peligroso, esta intolerancia 'progresista', sólo le da más armas a los conservadores para ganar adeptos, victimizándose por que son censurados por los 'progres', la malvada izquierda y los 'tiranos políticamente correctos'.

  Dicen que el que no conoce la historia está destinado a repetirla, y así llegaron algunos dictadores al poder, eligiendo un 'culpable' de todos los malos sociales, dando origen a Estados fascistas. Hoy mismo vemos a un Trump, un Bolsonaro o un Putin, que usan discursos claramente religiosos, anti-liberales, anti-progresistas, y tienen muchos adeptos, o personajes indeseables como Ben Shapiro y Agustín Laje son cada vez más populares con sus discursos conservadores machistas y homofóbicos disfrazados de libertad de pensar diferente.



domingo, 28 de junio de 2020

¿Por qué la gente no cree en la ciencia?


  A raíz de la actual pandemia, nos damos cuenta que en las redes sociales y medios de comunicación predomina la ignorancia en temas de ciencia en pos de teorías de conspiración, remedios caseros y pensamiento mágico.

  Se suele culpar a la misma gente por ser ignorantes en temas científicos, pero, ¿es realmente culpa suya?

  Mi respuesta: El analfabetismo científico predominante en nuestras sociedades es producto de muchos factores, culpar sólo a las personas es erróneo.

  Debo aclarar que es una opinión personal, basada en mi experiencia y en pláticas con amigos y divulgadores científicos.

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¿Cuáles son esos factores?

  Primero que nada, la Religión. Aunque existen científicos creyentes, la mayoría de las religiones organizadas no permiten el cuestionamiento, son dogmáticas. Los líderes religiosos le dicen a sus fieles que dudar es pecado, o que su libro sagrado contiene todas las verdades incuestionables. Atacan a los científicos o teorías científicas que van contra sus creencias. La mayoría de los predicadores que encuentras en la calle no tienen idea de biología, pero todos dicen que la evolución es falsa. 

  Y después de siglos de dogmatismo, es muy difícil que las personas creyentes de religiones acepten la ciencia, o si quiera se interesen en ella. Aún así, algunos llegan a ser científicos.

  Otro factor, la Cultura. Este es un punto que ya he tocado antes. La mayoría de nuestras sociedades glorifican la fe, y desprecian el escepticismo y la ciencia. No sólo la fe religiosa, sino el pensamiento mágico en general. Ten fe en que todo saldrá mejor, hay que pensar positivamente, y cosas por el estilo. Si revisas sobre todo las películas y telenovelas populares, hay que tener fe y el milagro sucederá. Y si alguno de los personajes es escéptico, es un amargado que termina mal o que se redime al final. Los personajes de científicos, o son locos malvados que quieren dominar el mundo, o son nerds aburridos y raros.

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  Esto se ha quedado en el imaginario colectivo. Una encuesta en 2017 mostraba que el 52% de los mexicanos consideraba peligrosos a los científicos 'por sus conocimientos', y el 70% de los encuestados cree que charlatanerías como la homeopatía o la acupuntura son efectivas aunque la ciencia médica diga lo contrario. Esto producto de una cultura donde predomina el pensamiento mágico, más cómodo y agradable que la ciencia fría y difícil de entender, y que contradice las creencias más arraigadas. Los que estamos enamorados de la ciencia la encontramos apasionante, pero somos minoría.

  El siguiente factor, muy ligado al anterior, los Medios de Comunicación. En casi todos los noticieros, programas de revista y diarios impresos, hay secciones para horóscopos y videntes, muy pocos tienen un espacio para científicos. Algo que ya había denunciado Carl Sagan hace muchos años. La inmensa mayoría de conductores de este tipo de programas no tienen idea de ciencia, muchos han llegado a hacer declaraciones lamentables contra la ciencia y en favor de la fe o la religión.

  Y en el periodismo científico, en los pocos espacios que hay, los reporteros o columnistas tergiversan o malinterpretan las notas científicas, creando noticias falsas y exageraciones, en pos de llamar la atención del lector promedio. Pocos tratan los temas con rigor.

  El siguiente factor, también ligado a los anteriores. La Educación. Aquí una anécdota personal,  pesar de que llevé clases de biología, física, química desde la educación básica, no entendí completamente conceptos tan importantes como la Evolución o la Gravedad, por ejemplo, hasta que busqué información por mí mismo siendo mayor.

  Tuve una profesora de biología que no creía en la evolución, decía que era sólo una teoría y que 'papá Dios nos había creado'. Esa profesora llevaba como 20 años dando clases, y quien sabe cuántos más lo hizo, o ignoro si lo sigue haciendo, desinformando a miles de estudiantes. ¿Cuántos tuvimos profesores que no enseñaban bien esos conceptos, porque no los entendían o no creían en ellos?

  Por supuesto no es sólo culpa de algunos profesores como ella, también de un sistema educativo que no le da prioridad a la ciencia en los programas educativos y libros de texto, con políticos y padres de familia que a veces buscan prohibir temas como la educación sexual.

  No sólo la educación formal, también la educación en casa producto de la misma cultura, donde los padres desincentivan la curiosidad, y la mayoría de los políticos son ignorantes en ciencia por que son producto de la misma sociedad.

15 años sin Carl Sagan | Ciencia | elmundo.es


  El siguiente factor, uno que me duele mucho mencionar, el Fracaso de la Divulgación Científica. Como gran admirador de Carl Sagan y otros prominentes divulgadores científicos, me doy cuenta de un gran error que hemos cometido en este aspecto: la gran mayoría de la divulgación científica está centrada en la astronomía, una ciencia fascinante por supuesto, pero no es la única ciencia.

  La divulgación científica en mucho menor medida se ha dedicado a la Evolución, conceptos básicos de física y biología, a combatir pseudociencias médicas como la homeopatía, el movimiento antivacunas, y noticias falsas, cuando hay terremotos salen temas de geología. Pero otras ciencias están olvidadas, como la química, física nuclear, las neurociencias, biotecnología, la psicología y la psiquiatría, la ciencias sociales, etc. El movimiento terraplanista es claro ejemplo de nulo conocimiento básico de geografía, geología y otras ciencias.

  Un amigo divulgador científico me comentó que en este momento tan delicado por la pandemia, la mayoría de la gente no sabe qué es un virus, cómo funcionan las vacunas o por qué no es buena idea beber ciertos químicos para combatir el virus, Y TIENE MUCHA RAZÓN.

  Por supuesto que hoy en día por la pandemia ya se tocan estos temas, aunque poco, y con la nula cultura científica de la mayoría de la población, los charlatanes y conspiranoicos atraen miles de seguidores, se aprovechan de su ignorancia para atacar a los transgénicos o las vacunas, mientras los divulgadores científicos tenemos un público limitado.

  Después de ver todos estos factores, interrelacionados inevitablemente, no debe sorprendernos que la mayoría de la gente no se interese en ciencia o desconfíen de ella, pocos los superamos y nos dejamos llevar por la curiosidad.

Tenemos muchos mucho trabajo por hacer.


sábado, 20 de junio de 2020

¿Por qué murió el Nuevo Ateísmo en Latinoamérica?



  He participado activamente en redes sociales como ateo y escéptico durante más de 10 años. Cuando comencé SOY ATEO Y QUÉ, el tema estaba en auge. Incluso había comunidades donde los administradores de las distintas páginas nos conocíamos en persona, platicábamos en videoconferencias y hacíamos alianzas.

   Personajes como Dawkins y Hitchens eran muy populares. Subtitulábamos videos, se hacían debates. Yo personalmente participé en 2 debates en TV, una entrevista en radio, y estuve en la organización del Segundo Congreso Mexicano de Ateísmo. Conozco ateos que tienen mucho más tiempo que yo en esto, participaron en otros congresos y debates, entrevistas y para radio, Tv y revistas. Era todo un boom del ateísmo. Incluso surgieron asociaciones civiles en algunos países.

  Muchas de esas páginas y canales ya no existen o quedaron abandonadas. Amistades se rompieron o simplemente se congelaron. Muchos ateos dejaron el tema de lado e hicieron sus vidas aparte. Otros, simplemente cambiaron de rubro, como la política o el escepticismo.




¿Qué sucedió?


  En mi experiencia, y platicando con otros ateos de la vieja guardia, fue inevitable.

  Dawkins escribió en 'El Espejismo de Dios' que los ateos somos como una manada de gatos, cada quien por su lado y sin alinearse.

  A fin de cuentas, muchos nos dimos cuenta de que lo único que nos vinculaba era que no creíamos en deidades. Y pues lo que no somos o lo que no creemos no nos define.

  Nuestras ideas independientes al ateísmo, fueron más fuertes que lo que nos unía.

  Izquierda, derecha, socialistas, libertarios, liberales, conservadores, progresistas, escépticos, antivacunas, teóricos de conspiración, feministas, machistas, homofóbicos, posmodernistas y anti-posmo,  Los ateos no dejamos de ser personas con ideologías.  Y en algunos casos los enormes egos y rencillas personales acabaron con varias alianzas.

  Aunque una cierta mayoría nos inclinamos hacia el liberalismo, la ciencia, el escepticismo, el progresismo, nos divide la política y la economía; todavía hay muchos que no superan los prejuicios religiosos y mantienen ideas conservadoras rancias como el machismo y la homofobia, muchos otros caen en teorías de conspiración y niegan la ciencia.

 


  YA NADIE HABLA DE ATEÍSMO MILITANTE


  Aquí cabe aclarar que el Ateísmo Militante no se trata de predicar el ateísmo, no se trata de convencer a otros para ser ateos, sino de combatir la imposición de la religión. Por ejemplo, muchos ateos denunciaban que sus hijos eran discriminados por sus profesores por tener padres ateos o por no celebrar fiestas religiosas, algunos eran discriminados en sus empleos.

  Así surgieron asociaciones civiles que defendían legalmente a estas personas. Actualmente creo que sólo en Colombia y Perú siguen activas estas asociaciones.

  Alguna vez le preguntaron a Hitchens por qué combatía la religión, y respondió que mientras las religiones siguieran intentando imponer sus creencias, él seguiría siendo una oposición.

  Siempre trato de aclarar esto porque cuando hablábamos de Ateísmo Militante siempre había voces en contra, pensaban que queríamos predicar. 

  El caso latinoamericano es distinto al de EEUU o Europa, donde el ateísmo militante sigue fuerte a pesar de la muerte de Hitchens y la avanzada edad de Dawkins, Dennett o Randi. Hoy en día en España el ateísmo y el escepticismo están cobrando fuerza con nuevos divulgadores y escritores sobresalientes como J.M. Mulet, Alfonso Gamez, Clemente Novella, Mauricio Schwarz, o Rocío Vidal, con  la pandemia los debates a distancia y videoconferencias se han puesto de moda.

  En América Latina hay millones de ateos, pero muchos no lo expresan abiertamente, sigue siendo tabú cuestionar a la religión, algunos incluso nos critican por herir los sentimientos religiosos. Y lamentablemente no han surgido escritores o voces que llamen la atención al nivel de todos los antes mencionados, los pocos que lo han intentado son atacados por otros ateos que se niegan a que haya un liderazgo.

  Hace unos años, en México, algunos legisladores intentaron cambiar la Constitución para que la Iglesia Católica entrara a las escuelas públicas, un claro ataque al Estado Laico. Curiosamente fue más la oposición de los grupos evangélicos y protestantes que de los ateos. En muchos casos a los ateos no les interesa ser una oposición porque creen que no existe la discriminación hacia los ateos o creen que no les afecta, piensan que la burbuja en la que viven es igual para todos.


  Hoy en día muchos de los antiguos ateos militantes hemos optado por el Escepticismo y el Humanismo. No sólo cuestionamos la religión, también las pseudociencias, charlatanerías y teorías de conspiración, además de promover la inclusión de las minorías discriminadas y combatir los estigmas que dejó la religión, como el machismo y la homofobia.

  No es tarea fácil, y hay mucha oposición tanto de creyentes como de ateos, pero parece que tiene mejor futuro que el Ateísmo Militante. A ver qué tal nos va.


Pd.  SOY ATEO Y QUÉ sigue en pie, aunque con mucha polémica, ya que hablamos de muchos temas, no sólo de ateísmo, ampliamos nuestros objetivos y a muchos no les gusta que pongan en duda sus prejuicios, solo quieren burlarse de la religión. 





martes, 26 de mayo de 2020

Irracionalidad en Tiempos de Pandemia

  Algunos le llaman la Infodemia, yo le llamo pandemia de idiotas.

  La Pandemia del COVID-19 y las redes sociales han sido caldo de cultivo para la irracionalidad que hoy está en auge en el mundo.

Qué diferencia hay entre pandemia, epidemia y endemia



  Ante la emergencia sanitaria que nos tiene recluidos y con la economía paralizada, han surgido y resucitado todo tipo de teorías de conspiración, algunas ya bastante viejas como el Nuevo Orden Mundial, pasando por el 5G, otras muy recientes y bastante tontas como lo del líquido de las rodillas. Nada de qué alarmarse, sólo para reír un rato, pensábamos quienes nos movemos en círculos escépticos desde hace tiempo.

  Pero vaya sorpresa, estas tonterías se hicieron tan virales que la población está en riesgo, y eso es muy real. Videos de YouTube, Facebook y cadenas de Whatsapp, hechos por gente sin preparación alguna en temas de salud, pero con mucha imaginación, y algunos charlatanes sin escrúpulos, están teniendo demasiada influencia en una población mayormente ignorante en temas científicos.

  Si lo analizamos, realmente los 'conspiranoicos' son igual de irracionales que alguien que cree en el arrebatamiento, gente que tiene mucha fe, que se siente iluminada por haber descubierto la verdad, el hilo negro, pero no tienen evidencias de sus afirmaciones, sólo muchas ganas de creer y sentirse especiales.


Infodemia, la nueva plaga que amenaza a las empresas | Legal ...


  Esto ha provocado el mismo escenario en varios países, gente diciendo que el virus no existe, que es un invento del gobierno (no importa si es de derecha o de izquierda), negándose a seguir las recomendaciones para evitar contagiarse, pero cuando se enferman y mueren culpan a los médicos; y lo más lamentable, agresiones contra el personal médico que arriesga sus vidas para salvar la de quienes se han enfermado.

  Políticos de varios países (sabemos que la mayoría de los políticos son completos ignorantes en ciencia) le dan voz a estas tonterías, hacen caso omiso, claro, ellos tienen asegurado el mejor tratamiento médico en caso de contagiarse, mientras la población muere por culpa de su insensatez.

  El mayor ejemplo es Trump, cuando su país es el más golpeado por la pandemia, asegurando que no era grave, recomendando idioteces anticientíficas (cientos de estadounidenses se han intoxicado consumiendo o inyectándose desinfectante), manifestaciones anticuarentena donde no les importa la salud de la gente, sólo la economía o su 'libertad' para salir por un corte de cabello, en un país donde la salud es completamente privada y una gran parte de la población no tiene acceso a esta.

  Al principio de la pandemia los antivacunas no hicieron ruido, hoy están a tope, esparciendo ignorancia, aprovechando el miedo de la gente. Por ejemplo, los charlatanes Chinda Bandolino y Andreas Kalcker, deberían estar en la cárcel por daño a la salud pública, sin embargo, siguen haciendo apariciones en TV y tienen miles de seguidores en todo el mundo.


  Hace unas semanas un familiar me mandó por Whatsapp un video de una chica (modelo al parecer) que aseguraba que el virus era una conspiración para el Nuevo Orden Mundial, y su argumento era que un desinfectante comercial incluye en su etiqueta que mata Coronavirus. Tuve que explicarle que esa persona es una ignorante, que no le haga caso, existen muchos coronavirus, este no es el primero ni el último (la epidemia del SARS en China de hace varios años también fue un coronavirus), es más el virus en realidad se llama SARS-COV-2, Covid-19 es el nombre de la enfermedad causada por este virus.


  Pero ella es proclive a las charlatanerías y cosas espirituales, de vez en cuando manda videos de charlatanes hablando del virus para preguntarme qué opino, el más reciente de una loca asegurando que hay que mantener el Ph del estómago ácido en lugar de alcalino, para matar el virus. Siempre que manda estos videos le explico la mentira de esos charlatanes, que no les haga caso. Al menos me da cierta esperanza que me pregunte, aunque lamentablemente sé que es más su voluntad de creer que cualquier argumento científico que yo le dé, sólo espero que no se contagie.


  Y como ella hay millones en el mundo (todos conocemos a alguien así), producto de una cultura que exalta la fe y desprecia el escepticismo. Es más fácil creerle a los que hablan bonito, te dicen que tengas fe o te hacen creer que descubrieron el hilo negro, que a los aburridos científicos (locos y villanos en el imaginario de la cultura popular).

Por qué tienen Éxito los Charlatanes? – Liderazgo Orquestador


  Incluso entre ateos y escépticos existe esta epidemia, un ejemplo es Bill Maher, a quien muchos escépticos admiran, pero quien ha expresado creencias antivacunas; es más, las teorías de conspiración tienen entre sus defensores a muchos ateos, hablan de ser escépticos de lo 'oficial', pero olvidan que el escepticismo no es dudar por dudar, es dudar y cuestionar, pedir evidencias, y las teorías de conspiración tienen todo menos evidencias, sólo son conjeturas surgidas de dudar de los millonarios y gobiernos. Y aquí quiero aclarar algo, jamás defenderé a millonarios y mucho menos a gobiernos o políticos, pero una cosa es cuestionar a la autoridad y sus intereses, y otra hacer afirmaciones fantasiosas sin respaldo en los hechos, sólo la imaginación de algunos loquitos de Youtube.

  Estamos en una época muy diferente a las epidemias y pandemias antiguas, el alcance de internet y las redes sociales no tiene precedentes, un video viral de un charlatán carismático puede llegar a millones de personas. Muchos medios de comunicación y periodistas no tienen idea de ciencia, por lo que le dan voz a esos charlatanes, mientras los escépticos y científicos tienen un público limitado.

  Más que la era de la información, estamos en la era de la desinformación. El hecho de que las teorías conspirativas y charlatanerías tengan tanta difusión en esta pandemia, muestra en parte el fracaso de la divulgación científica. Los charlatanes son carismáticos, los chicos populares de la escuela, mientras los científicos son los nerds a los que nadie ve. Es parte de la cultura anticientífica reinante en muchos de nuestros países, hazle caso al que te pide fe, al que habla bonito, a la chica guapa, a quien habla mal del gobierno, ignora al malvado escéptico.

  Hace años, creíamos que el acceso a internet ayudaría a difundir información real, contra la ignorancia de la mayoría de la población de toda la vida. Y al principio así fue, gracias al acceso a la información surgieron círculos escépticos y el librepensamiento creció, pero cometimos un error de cálculo, no anticipamos que la desinformación crecería a tal grado. Tenemos mucho trabajo por hacer.

Tercera Posición 🇦🇷 on Twitter: "Adrián Salbuchi, fundador del ...



¿Por qué Invertir en Ciencia cuando hay Hambre en el Mundo?

Es una pregunta que muchos hacen, pero este sesgo sólo demuestra que para esas personas la ciencia es algo aburrido, complicado y alejado de la vida cotidiana, piensan que la ciencia es inútil, y vamos explicar por qué están equivocados, hoy más que nunca.
En primer lugar, la ciencia está por todas partes. Si resulta invisible es porque no reparamos en que toda la tecnología que nos rodea ha sido creada por científicos e ingenieros. Los automóviles, los trenes, los teléfonos móviles, la electricidad, el plástico, la ropa y hasta la comida. Todo esto se ha mejorado a través de la investigación científica. Si usted está leyendo esto es gracias al trabajo de un número inimaginable de personas que estudiaron, trabajaron y pensaron hasta desarrollar pantallas digitales, chips y comunicaciones vía satélite.
Probablemente, si está leyendo esto, es también gracias a la mejora de la esperanza (y calidad) de vida que ocurrió durante el siglo XX. Por ejemplo, en Estados Unidos la esperanza de vida se incrementó en 29,2 años entre 1900 y 1999 y la mortalidad infantil cayó del 30,4% al 1,4%. Fue gracias a la ciencia.
A finales del siglo XIX se descubrió el papel de los microorganismos en las enfermedades, se adoptaron mejoras en sanidad e higiene, se desarrollaron los antibióticos y se implementaron los programas de vacunación. Gracias a eso prácticamente se erradicaron enfermedades como la difteria, el sarampión, el tétanos, la poliomielitis, la viruela, las paperas o la rubeola. Es una lástima que el movimiento antivacunas esté provocando que algunas de estas enfermedades regresen.
La investigación permitió el desarrollo de la revolución verde, que duplicó la producción de cereales en países en vías de desarrollo entre 1961 y 1985. Hizo más rápidos y seguros los aviones y más baratos los viajes por todo el mundo. Permitió que lleváramos un ordenador en el bolsillo y que hoy podamos pedir comida a domicilio, circular en coches eléctricos o comprar algo al otro lado del océano en unos pocos clicks. Si sufrimos una enfermedad, los médicos nos hacen análisis de sangre, radiografías o ecografías y usan técnicas de respiración asistida, suero y medicamentos. Todos ellos han sido investigados y puestos a punto por científicos.
Se podría argumentar también que no todo lo que se investiga es útil. Por ejemplo, se trabaja en campos como las cosmología o la física de partículas, cuando ni los cuásares ni los quarks dan dan de comer a nadie.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que, antes que se pueda desarrollar una aplicación concreta, hay que investigar y saber cómo funcionan las cosas, cuáles son los conceptos básicos o los fundamentos. Esto implica sencillamente investigar movido por la curiosidad, y no saber en ningún momento adónde se podrá llegar, si es que se podrá llegar a alguna parte. Esto, que se llama ciencia básica y que se diferencia de la ciencia aplicada, ya dirigida a aplicaciones concretas, es la base del conocimiento científico.

Como prueba de su importancia daremos algunos ejemplos. Hoy podemos usar el GPS en el móvil o el auto para encontrar el camino a casa gracias a que Albert Einstein formuló su teoría de la Relatividad. Él no pensó en nada parecido a un GPS (el primer satélite no se lanzó hasta el año 1957), pero gracias a sus cálculos, totalmente inútiles en aquel momento, hoy se sabe cómo funciona el espacio-tiempo y los GPS deben tenerlo en cuenta. Gracias a que Alexander Fleming tuvo curiosidad por un hecho aparentemente sin importancia, después se desarrollaron los antibióticos. Gracias a que en los setenta Elizabeth Blackburn investigó la longitud de los extremos de los cromosomas, luego se averiguó que unas estructuras, conocidas como telómeros, tienen un papel clave en las enfermedades, el envejecimiento y el cáncer. Gracias a las investigaciones con radiación de Marie Curie, hoy existen los tratamientos contra el cáncer de radioterapia. Sin curiosidad inicial, el láser no se usaría hoy para comunicaciones, operaciones o procesos industriales. Y como estos, hay miles de ejemplos.
Todavía hay quienes piensan que jamás estuvimos en la Luna (al igual que hay quienes creen que la Tierra es plana o que la homeopatía tiene propiedades mágicas), pero el programa Apollo no solo permitió que un astronauta pusiera una bandera en la Luna. Además de movilizar la ciencia, la tecnología y la industria de una nación entera, generó numerosos avances y aplicaciones. Fue clave para el desarrollo de la tomografía axial computarizada (TAC), los microchips, las herramientas inalámbricas, los termómetros, la conservación de la comida por deshidratación, el aislamiento, el joystick, la televisión por satélite, las lentes anti-arañazos, los calzados ergonómicos, los detectores de humo y los filtros de agua. Por no hablar de que aceleró nuestro conocimiento del Sistema Solar, la meteorología espacial y el lanzamiento de miles de satélites que hoy empleamos de forma cotidiana para comunicarnos, reconocer nuestro planeta o hacer transferencias bancarias.


Pero no solo eso. La ciencia tiene una labor al menos tan importante como tratar de mejorar la salud y calidad de vida. Su principal cometido es comprender el Universo. La ciencia estudia esas cosas que existen, y que se basan en leyes y regularidades. Esas cosas que están detrás de la vida, de las estrellas y del tiempo. Quiere entender no solo las galaxias, sino también las partículas subatómicas, las reacciones nucleares, las transformaciones químicas, el funcionamiento del organismo, el comportamiento de los gatos, la naturaleza de la luz del Sol que nos baña, cuántos asteroides caen en la Tierra, cómo diantres funciona el clima, qué transformaciones está sufriendo nuestro planeta y cómo cambiará, por qué los guepardos tienen manchas en su pelaje, hasta qué punto nuestro comportamiento depende de la biología, de dónde venimos, dónde vivimos, adónde vamos. Preguntas que la religión jamás ha respondido, ni responderá.
Nos debe importar, porque llevamos toda nuestra existencia siendo curiosos y haciéndonos las mismas preguntas. De hecho, gracias a la ciencia hoy hablamos de cosas extrañas que jamás hemos visto por aquí, como agujeros negros, galaxias, exoplanetas, neandertales, big-bangs, átomos y células. ¿No forman parte ya de nuestra forma de entender quiénes somos?

La dificultad de hacer ciencia

A diferencia de otros sistemas de conocimiento, la ciencia depende su capacidad de poner a prueba nuestra ideas (hipótesis) con evidencias recogidas en el mundo natural. Se alimenta de los hechos para tratar de comprender la realidad. Sus conclusiones están siempre sujetas a revisión permanente por millones de científicos de todo el mundo. Es todo lo contrario al pensamiento mágico, y las pseudociencias, que prometen milagros sin una sola evidencia.
Sin embargo, como toda actividad humana, también se puede ver afectada por las debilidades humanas típicas, como la corrupción o la ambición, y en algunos países depende de intereses políticos y económicos. Aún así, no existe otro sistema tan depurado y fiable como este, que sea revisado por personas de todo el globo y en el que los hechos tengan tanto peso.
¿Hay hambre en el mundo? Eso es responsabilidad de gobiernos, empresas y sociedades. Pero la ciencia puede ayudar. Gracias a la investigación genética, hoy existen cultivos más productivos, nutritivos y resistentes a plagas. Lamentablemente intereses políticos no han permitido que lleguen a más personas.
Investigar el secreto escondido en la materia o la historia escrita en las estrellas requiere desarrollar nuevas tecnologías y estudiar durante muchos años. El proceso es largo y a veces extremadamente caro. El dinero es un factor limitante (de hecho el presupuesto para ciencia en la mayoría de los países es muy limitado), pero las experiencias pasadas muestran que la inversión puede redundar en un desarrollo social, académico e intelectual.
Es más, se puede decir que la ciencia es el motor de la prosperidad. En Estados Unidos, se calcula que la tercera parte del crecimiento económico se logró gracias a la ciencia básica hecha desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Y, aparte de eso: ¿Cuántos ingenieros, arquitectos, científicos y estudiantes se formaron gracias a ella? ¿Cómo evolucionó el conocimiento, la política y la filosofía?


Por tanto, difundir la idea de que no se debería gastar en ciencia mientras hay hambre en el mundo es crear una falsa dicotomía, es ignorar la importancia y la utilidad de la ciencia. La ciencia es progreso, calidad de vida (al menos según nuestros estándares), la cura de enfermedades y la comprensión de dónde venimos y dónde estamos. La ciencia es la única que podría avisarnos antes del impacto de un asteroide, de un cambio climático, y puede salvarnos de una pandemia capaz de derrumbar nuestro sistema económico y modo de vida.
Por eso, la ciencia y la búsqueda de conocimiento que promueve es la única salida para el futuro tan peligroso que tenemos por delante. Sin ella, dudo que fuera posible emprender un esfuerzo global e informado para combatir el hambre, la polución, la destrucción del medio ambiente, el crecimiento demográfico descontrolado, futuras pandemias o el calentamiento global.
Por favor, apoyen la ciencia.

La Inquisición Digital

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